Monitorización de la presión arterial
¿Qué es la presión arterial?
La presión arterial es la presión que ejerce la sangre en las arterias. Cada vez que el corazón late, bombea más sangre en las arterias. Como las arterias ya están llenas de sangre, cuando el corazón bombea más, aumenta la presión dentro de ellas. Esto es importante porque una vez que la sangre está en las arterias, no recibe otro «empujón» hasta que regresa al corazón después de recorrer el cuerpo. Eso significa que del único modo que la sangre llega a los pequeños vasos que llevan la sangre a través de los tejidos del cuerpo proviene de esa presión que la impulsa. Esa misma presión es la que impulsa la sangre por los tejidos del cuerpo y en última instancia en las venas, que descargan la sangre nuevamente en el corazón, donde vuelve a recibir un «empujón». Si el corazón dejara de latir, bajaría la presión en las arterias. Sin esa presión, nada impulsaría la sangre por todos los órganos del cuerpo y dejaría de fluir.
Regulación de la presión arterial
Es importante que la presión arterial tenga suficiente potencia para seguir bombeando sangre por todo el cuerpo. La presión arterial es generada inicialmente por el bombeo del corazón. Sin embargo, hay muchos otros factores que afectan la presión arterial y que colaboran con el sistema de monitorización continua de la sangre del propio cuerpo. Por ejemplo, todas las arterias tienen la capacidad de dilatarse o contraerse a un tamaño un poco más grande o más pequeño. Si se contraen a un tamaño más pequeño bombearán la sangre que contienen en su interior y aumentará la presión arterial. Si se dilatan a un tamaño más grande, la presión disminuirá. También, cuando se contraen o dilatan distintos vasos sanguíneos, el cuerpo regula la cantidad de sangre que llega a los distintos órganos. Cuando usted corre, las arterias que suben por los músculos de las piernas se dilatan para que les llegue más sangre. Cuando come, las arterias que van al estómago se dilatan para que llegue allí más sangre y así ayudarle a digerir la comida. Cuando termina de comer, esas arterias se contraerán otra vez para que el cuerpo no «desperdicie» el flujo de sangre enviando sangre adicional a áreas donde no es necesaria. Ciertas enfermedades hacen que las arterias de muchas partes del cuerpo se dilaten, incluso aquellas que en ese momento no están en uso. Si suficientes zonas del cuerpo dilatan sus arterias al mismo tiempo, la presión arterial general de todo el sistema puede bajar a niveles peligrosos. Por el contrario, si la mayoría de las arterias se contraen demasiado, la presión arterial del cuerpo será demasiado alta.
Distintas sustancias químicas del cuerpo ayudan a regular la presión arterial. Por ejemplo, si alguna vez se asustó de repente y sintió una descarga súbita de adrenalina, mientras el corazón le latía más rápido, y empezó a respirar con dificultad, estaba sintiendo los efectos de la adrenalina en el cuerpo. Además de hacer que el corazón lata más rápido, la adrenalina también hace que las arterias se contraigan y aumente la presión arterial.
Hidratación y deshidratación
Otro factor que influye en la presión arterial es la cantidad total de líquido en nuestro organismo. Si nos deshidratamos, disminuye el volumen total de sangre en el sistema. No hemos perdido glóbulos, pero hay menos agua mezclada en la sangre. En realidad, la sangre se hace un poco más espesa y el volumen total disminuye. Ocupa menos lugar en los vasos sanguíneos y hace que la presión de la sangre baje. Nuestro cuerpo constantemente monitoriza la presión arterial de manera continua, y para compensarlo, puede contraer un poco todos los vasos sanguíneos. Pero si nos deshidratamos mucho y excedemos la capacidad del cuerpo de compensarlo, la presión arterial descenderá.
Por otra parte, si tomamos agua y comemos mucha sal (la sal retiene el agua), aumentará el volumen de la sangre. La cantidad de glóbulos rojos no cambia, pero la sangre se diluye un poco más por haber incorporado un poco de sal y agua. El volumen sanguíneo aumentará, lo que significa que la sangre ocupará más espacio en los vasos sanguíneos. El aumento de volumen de sangre hará que la presión suba.
Milímetros de mercurio
En condiciones normales, nuestro cuerpo regula la presión arterial a aproximadamente 120/80 mmHg. Este valor significa que la presión, justo después de que late el corazón, es de 120 milímetros de mercurio. Ese es el número que aparece en la parte superior en la lectura de la presión arterial en un monitor de presión arterial digital. Es lo que se denomina «presión sistólica» de la sangre. Después de cada latido del corazón, la presión empieza a bajar. Registramos que la presión más baja llega justo antes del siguiente latido del corazón, y es el número que aparece en la parte inferior de la lectura de la presión arterial, en este caso, 80 milímetros de mercurio. Es lo que se denomina «presión diastólica» de la sangre. Quizás esté más familiarizado con la medida de presión PSI, «libras por pulgada cuadrada». Las unidades de milímetros de mercurio, o mmHg, miden lo mismo, pero en distintas unidades. Casi literalmente significa cuál es la presión que necesita esa cantidad de milímetros para elevar una columna de mercurio (como en los antiguos termómetros de mercurio o en los antiguos esfigmomanómetros manuales con columna de mercurio).
Hipotensión (presión baja) e hipertensión (presión alta)
La presión arterial del cuerpo debe ser lo suficientemente alta para que llegue sangre a todos los órganos, principalmente al cerebro. Como el cerebro es casi literalmente el órgano más alto, si baja la presión de la sangre, el cerebro será el primero en sentirlo. Es por eso que los mareos y los desmayos son algunos de los síntomas de presión baja. Quizás se pregunte entonces, ¿por qué simplemente nuestro cuerpo no mantiene la presión alta todo el tiempo? Así tendríamos suficiente presión para que llegue la sangre que necesitamos a todos los órganos, y si la presión se mantuviera bien alta también tendríamos un margen seguro para que, incluso si la presión bajara un poco, nunca estuviera demasiado baja. Cierto, es una buena pregunta, y el cuerpo tiene su propio sistema de monitorización de la presión arterial. Pero debemos recordar que todas las arteriolas y los capilares, esos pequeños vasos sanguíneos que llevan la sangre a través de los órganos y tejidos del cuerpo, tienen paredes extremadamente delgadas para que el oxígeno, el dióxido de carbono y otros nutrientes puedan atravesar con facilidad las paredes del vaso para entrar y salir de los tejidos. Después de todo, ese es el sentido de todo el sistema: entregar nutrientes y oxígeno a los tejidos y retirar los productos de desecho, no solo hacer que la sangre circule por todo el cuerpo con presión alta sin ningún motivo.
Hipertensión: la «asesina silenciosa»
Como esas arteriolas y esos capilares son tan pequeños y sus paredes son tan delgadas, son muy delicados. Y cuando están expuestos a presiones altas por mucho tiempo se pueden dañar. Pueden presentar tejido cicatricial, engrosarse y perder la capacidad de entregar nutrientes y retirar los desechos de los órganos del cuerpo. Esto puede resultar en lo que llamamos «daño de órganos terminales». Es decir, que los «órganos terminales», los órganos hacia los que circula la sangre, se dañan porque la presión en los vasos sanguíneos es demasiado alta. Muchos órganos pueden sufrir este tipo de daño: los pulmones, el corazón, el cerebro, los riñones y los ojos, por mencionar solo algunos. La presión alta de la sangre por mucho tiempo puede dañar todos esos órganos. El problema es que cuando la presión de la sangre es demasiado alta, la mayoría de la gente no lo siente. Pero el daño en los órganos se sigue acumulando lentamente, incluso si usted se siente totalmente normal. Es por eso que se apodó a la hipertensión, o enfermedad de la presión arterial alta, «la asesina silenciosa», porque el daño se acumula con lentitud, en silencio, sin que nos demos cuenta de que está sucediendo, hasta que se deterioran suficientes órganos y al final puede ser mortal. Pero la hipertensión no es peligrosa solo por el daño crónico de órganos terminales. A veces la presión de la sangre puede subir tanto de golpe que un vaso sanguíneo en algún lugar del cuerpo puede romperse de y causar sangrado interno. Si esa rotura ocurre en el cerebro, causa un accidente cerebrovascular hemorrágico: un ACV por sangrado. Si ocurre dentro del abdomen, puede causar la rotura de un aneurisma aórtico abdominal, una lesión de la arteria más grande del abdomen, que puede producir un sangrado interno masivo. Por estos motivos es importante controlarse la presión arterial con regularidad con un buen monitor de la presión arterial.
Monitorización de la presión arterial
Tradicionalmente, para controlar la presión arterial se utilizaba un monitor manual y se colocaba el manguito en la parte superior del brazo y un estetoscopio. Hay una bomba de presión que mide la presión del aire dentro del manguito. El manguito se infla a más presión que la de la sangre. Como la presión en el interior del manguito es más alta que la presión del interior de las arterias del brazo, el manguito presiona las arterias hasta cerrarlas para que no fluya sangre en ellas. Luego disminuye lentamente la presión dentro del manguito mientras se ausculta la arteria del brazo con el estetoscopio. Se oye el sonido de la sangre que empieza a fluir de nuevo y la presión a la que esto ocurre es la presión sistólica, el número superior de la lectura de la presión arterial. La presión en el manguito sigue bajando hasta que se detengan todos los sonidos del flujo turbulento de la compresión que ejerce el manguito en la arteria y la sangre fluye sin obstáculos y sin ningún sonido. Esa es la presión diastólica, el número inferior en la lectura de la presión arterial.
Monitores de presión arterial electrónicos
En la actualidad hay monitores de presión arterial electrónicos que hacen lo mismo, pero oyen de modo automático las alteraciones del flujo que corresponden a las presiones sistólica y diastólica. Estos monitores automatizados son de uso común en hospitales y consultorios. Quienes desean tomarse la presión arterial en el hogar, pueden comprar un monitor doméstico automatizado. Un monitor de presión arterial para la muñeca es un producto similar que comprime las arterias del antebrazo cerca de la muñeca en lugar de en la parte superior del brazo. Estas máquinas son más pequeñas y pueden ser más fáciles de usar.
Reloj médico CardiacSense: el monitor de la presión arterial sin manguito
La tecnología moderna en sensores, nos ha permitido tomar la presión arterial electrónicamente sin comprimir la arteria con un manguito inflable, a través de la medición de las pulsaciones reales del interior de la arteria con una matriz de sensor único. Esta novedad significa que se puede tomar la presión más rápido y que el propio monitor puede ser mucho más pequeño. La comodidad de tomar la presión tan rápido y tan sencillamente, significa que se puede tomar la presión más seguido y tener una mejor apreciación de la presión arterial promedio de todo el día, o determinar cuál es la presión a una hora específica cuando la persona podría estar teniendo un síntoma en particular. El reloj médico CardiacSense funciona como un reloj para medir la presión arterial y, además, mide muchos otros parámetros clínicos. Debido a que es un monitor de presión arterial portátil, puede medir fácilmente su presión arterial donde quiera que se encuentre, cuando lo necesite, sin tener que llevar consigo obsoletos y voluminosos monitores de presión arterial.